El hombre no tiene naturaleza, tiene historia, tiene culturas. Por eso ser hombre, no es ser un hombre cualquiera, sino una determinada manera de ser hombre. Pretender reconocernos a través de nuestra memoria colectiva es una apuesta que hacemos contra la desagrupación y desterritorialización, y también contra la evasión y la atomización individual.
Desde la revitalización de los usos rituales y de la sincronía expresiva de la comunicación fiestera, ir hacia la reconstrucción de la razón común.


Antonio Mandly
“Echar un revezo”. Cultura: razón común en Andalucía.




LAGAR / LUGAR
Una propuesta audiovisual que parte de la investigación musical, para llegar a la esencia de La Fiesta en clave contemporánea. La búsqueda de una identidad propia a través de lo colectivo, de un lenguaje sonoro que nos traslade de nuestras raíces a las futuras simientes, de una forma de entender nuestro territorio a través del ritual, de lo sagrado, y de la sincronía expresiva a la que nos somete el ritmo ternario de los arcaicos fandangos. Una viaje de ida y vuelta a nuestras montañas.

Un proyecto de Luz Prado y Pablo Contreras | Col·lectiu LOOPA! con Saul Wes y Elsa Paricio

Este proyecto se llevó a cabo gracias a una de las Becas de Producción Artística del INJUVE y estrenado en el auditorio del Museo Picasso Málaga en marzo de 2017. https://www.youtube.com/watch?v=IGg9lhWBHHc&feature=youtu.be&t=5m13s





Desde la inversión de roles como empoderamiento campesino, desde la fiesta que es celebración y liturgia, desde la catarsis frenética del solsticio, desde la carnavalización pagana y la adoración a Baco, Cibeles, Saturno, Dionisio, la Virgen de los Dolores y la del Carmen, sin olvidar su relación con las Benditas Ánimas del Purgatorio.

Las ínfulas de los sombreros vestales floreados se apoderan de casas, cortijos, lagares y ventas en los Montes de Málaga. La fiesta se arremolina en torno a las pandas que, armadas de panderos, platillos, guitarras y violín, resuenana fandangos en una modalidad poco pulimentada y cateta, llena de aristas. Un modo de sentir que ha permanecido aislado gracias a lo intrincado de sus caminos y lo áspero de sus montañas, a lo impredecible de los tontos y los locos, al fervor de los fiesteros.

Desde la urbe nos aproximamos devotamente, como si de una reliquia se tratase, para impregnarnos de lo que nosotros conocíamos como Verdiales y los lagareños llaman La Fiesta. Descubrir que “los Verdiales no existen” (Jorge R.G. Dragón) e intentar aprehender qué hay más allá de lo que esperábamos encontrar.