Durante el mes de febrero de 2019, Prado y Mantecón estuvimos de residencia intrusa en el Estruch. Uno de los días, después de desayunar, acabamos tumbadas en el césped de la mediana en Avinguda dels Paraires, Sabadell.

Al tendernos, el edificio de viviendas número doce nos quedó justo a la altura de la mirada. La conversación comenzó a centrarse en todos esos toldos verdes con enversos de flores moviéndose a ritmo de viento. De los toldos pasamos a las barandillas, de las barandillas a las persianas, de las persianas a los desagües, de los desagües a las banderas, las plantas, las flores, las personas que salían los balcones, los ventiladores, la ropa tendida...

Según iba pasando el tiempo, entramos en una dimensión expandida de observación de lo cotidiano. Sensibilizarnos con el detalle y poner en valor las diferentes maneras de habitar se convirtió en una práctica de horas.

Residencia en el Estruch (Sabadell) en enero/febrero de 2020.